Vivir con timidez… hasta lograr superarla.

El ser humano es sociable por naturaleza. Es más, por lo general, necesita estar en sociedad para vivir. Una charla con alguien de vez en cuando, un abrazo, sentir el cariño de otros, una sonrisa… son cosas que la gente aprecia y hacen incluso que un día que podía parecer echado a perder, mejore considerablemente. Nos gusta poder relacionarnos con otros pero, ¿qué sucede cuando nos crea malestar y por ello no podemos disfrutar de estar con otras personas?

La timidez que la mayoría puede tener no es una enfermedad como algunos piensan; no es tampoco una dolencia a tratar con fármacos. Es un estado de ánimo, una pauta de comportamiento que nos impide relacionarnos con otros como nos gustaría en realidad. No a todas las personas tímidas se les nota que lo son, ya que tenemos algo confundido el término. Una persona puede ser tímida y sin embargo estar constantemente saliendo en televisión o ser alguien que a simple vista nos parece simpático y hablador, con buenas habilidades sociales. Eso es porque la timidez la gente consigue dominarla aunque en ciertos momentos nos cree algún que otro inconveniente. Pero, por lo general, si eres una persona tímida, puedes llegar a tener sanas y enriquecedoras relaciones sociales.

Muchas veces la timidez está relacionada con la autoestima, con pautas sociales aprendidas en el entorno familiar, problemas que han podido surgir en algún momento de nuestra vida que nos han hecho retraernos en nosotros mismos… Son muchos los motivos y por ello es preferible tratar de forma individual la timidez.

La autoimagen y la seguridad que tenemos en nosotros mismos, las distorsiones cognitivas que más aparecen en nuestro pensamiento, la forma que tenemos que calmar nuestros nervios en ciertas situaciones, la cantidad de veces que intentemos relacionarnos con otros… nos harán reducir el problema de la timidez hasta límites aceptables si conseguimos que todo eso mejore.

El aprendizaje es crucial en cuanto a que una persona desarrolle cierto grado de timidez, por lo cual trabajando ese aprendizaje a la inversa, obtendremos resultados sumamente positivos.

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